
Cuando vas avanzando a ritmo de pedaleo, y te encuentras un lugar como este, muchas veces descartas acercarte a la orilla aunque solo sea para refrescar las piernas, porque ese acercamiento podría suponer una ida y vuelta por el mismo camino, que no supone un avance en tu ruta, peo que sumará a tus piernas un esfuerzo extra de 3 o 4 kilómetros más, de 50, 100 o 200 metros más de desnivel, y restará un tiempo que puedes necesitar para avanzar en la ruta.
Gracias a la ayuda que te aporta una eBike, se hace más viable bajar y subir a esos rincones para no quedarte con las ganas. Tu ruta de 60 km se puede convertir en una ruta de 85 km con el mismo esfuerzo que los 60 km con una bici normal. Además, si dedicas el tiempo ahorrado a hacer unos largos en una playa como esta, compensas con creces el esfuerzo el tiempo que la e-Bike te ha evitado en subir lentamente con 20 kg por una cuesta empinada.
Una eBike no te resta mérito ni esfuerzo, sino que amplia tus expectativas y posibilidades. Eso sí, no incluimos baterías de más de 400 Wh, porque es más que suficiente, y no queremos que te pases dándole al turbo todo el rato, y entonces mermar el esfuerzo de forma drástica. Tendrás que dosificar al menos un poco, la asistencia eléctrica, si no quieres quedarte sin batería (tampoco mucho).