Se acerca la primavera!

Tras los fríos meses del invierno, los bosques pelados, las montañas heladas y los campos de labor dormidos comenzarán en 1 mes a vestirse con sus colores de gala.

Comienza a organizar tu Camino para esta primavera !

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Siempre se habla de los hayedos en otoño, que si sus hojas parecen de oro, que si la luz que filtran adquiere tonos rojizos y dorados… Y es verdad, los hayedos del norte de Navarra son impresionantes en otoño, pero también es cierto que no lo son menos en primavera. Las hojas recién brotadas son de un color tan suave que la luz las atraviesa y se tamiza, creando un mundo mágico donde todo se tiñe de un verde brillante. Quienes tengan la suerte de descubrir los bosques de Roncesvalles estos días, no los olvidarán fácilmente.

Pero los colores de la primavera no se quedan en el Pirineo, sino que se extienden por todo el Camino. Los campos de cereal se visten de verde; infinitos mares verdes que bailan al ritmo del viento. También en las tierras llanas, los chopos que jalonan los ríos ven nacer sus hojas y florecen, inundando el ambiente con su polen en forma de trocitos voladores de algodón. A los alérgicos no les gustará la estampa, pero para los demás es como entrar en un mundo mágico en el que llueven algo así como copos de nieve pero sin que haga frío.

Por cierto, ya que hablamos de los chopos, fijaos en un detalle curioso: cuando el viento mece sus ramas, las hojas chocan entre ellas y hacen un sonido engañoso. Si cerráis los ojos y escucháis, os parecerá que estáis oyendo llover. De nuevo la magia de los chopos; llueve pero no te mojas.

En Galicia y el Bierzo, la primavera también inunda de magia el Camino. El ganado, que permanece en sus establos en invierno, sale a los campos. Las corredoiras -caminos empedrados entre aldeas- se llenan de vacas de camino a las generosas praderas gallegas. Las huertas ven nacer las plantas que meses después darán generosos frutos.

Vida, vida y más vida… La vida renace y el Camino de Santiago resulta en primavera más hermoso que nunca. Si podéis, no esperéis al verano. Es ahora cuando el Camino merece más la pena. Además el calor aún no aprieta y las grandes masificaciones no llegan hasta la época estival. ¿Quién da más? ¿Quién se anima a calzarse las Chiruca y lanzarse a la ruta?