¿Te apetece dormir con una mantita?
Si planeas recorrer el Camino de Santiago en bicicleta durante el verano y quieres evitar el calor sofocante del interior peninsular, la elección de la ruta es sencilla: déjate guiar por los colores. En la imagen se muestran las temperaturas registradas un 1 de agosto, a las 22:00 horas, en distintas zonas de la península.
Pedalear con un clima templado aporta múltiples beneficios que convierten la travesía en una experiencia más agradable y saludable. Por un lado, las temperaturas moderadas facilitan mantener un ritmo constante sin el desgaste que provoca el calor intenso, lo que se traduce en más resistencia y energía para completar cada etapa. Esto permite disfrutar plenamente de cada kilómetro y de los paisajes que acompañan el camino.
Asimismo, el clima fresco disminuye el riesgo de deshidratación y golpes de calor, habituales en zonas más calurosas. Con temperaturas suaves, hidratarse y mantenerse fresco resulta más sencillo, aumentando la seguridad y el confort de la ruta. Además, las noches frescas favorecen un descanso profundo y una mejor recuperación para afrontar la siguiente jornada con energía renovada.






