
Marzo es un mes ideal para las aventuras en bicicleta, especialmente en la Península Ibérica, donde las temperaturas comienzan a suavizarse y los días se alargan. Los primeros bicigrinos ya parten hacia Santiago, eligiendo en esta época el Camino del Norte, donde las temperaturas sufren menos variaciones entre el día y la noche, y donde se evitan pasos de montaña con altitudes donde aún podría caer nieve.
Los terrenos, aunque aún pueden estar húmedos en algunas zonas, ofrecen una experiencia vibrante, con paisajes que empiezan a despertar tras el invierno. Además, al no ser temporada alta, se pueden evitar las aglomeraciones y disfrutar de un viaje más tranquilo.
Para quienes prefieren la nieve, marzo también ofrece una oportunidad única: las últimas nevadas de la temporada. Después de un febrero con escasas precipitaciones en muchas zonas de montaña, las nevadas de primavera pueden brindar el escenario perfecto para rutas con raquetas de nieve. Especialmente en el Sistema Central las montañas se han teñido de blanco, cubriendo Guadarrama y la Sierra de Béja, donde se espera que se mantengan suficientes acumulaciones en sus cotas más altas, permitiendo disfrutar de travesías invernales sin las temperaturas extremas del pleno invierno. Es una excelente opción para quienes buscan una aventura diferente antes de que la nieve desaparezca por completo.
Ya sea pedaleando por senderos y caminos históricos o caminando sobre la nieve virgen con raquetas, marzo permite elegir entre distintas formas de conectar con la naturaleza y la aventura. Para cualquiera de las dos opciones, disponemos del material que necesitas.






